lunes, 27 de mayo de 2013

el color de los cristales

 Sonia, una chica de 16 años, vive en un pequeño pueblo llamado Misando. Hace un par de años se quedo paralitica a consecuencia de un accidente de tráfico. Tiene mucha imaginación, se pasa todas las tardes mirando por la ventana a las personas que pasan por la calle, e imagina de donde pueden venir, cuáles son sus empleos etc.
Ya son las cuatro de la tarde, Sonia ya está colocada frente a la ventana. Ve a una chica sentada en un banco, tiene el pelo corto y tiene una perfecta sonrisa, de esta que tiene la gente cuando le quitan el aparato. En sus manos había un libro rojo.
“Se llama Laura, tiene 20 años y está estudiando filología inglesa. Lleva muchas tarde sentada en aquel banco, porque ella tenía un novio con el que quedaba todas las tardes allí. Era una pareja feliz y parecía que su historia iba a durar para siempre. Sonia piensa que las cosas no van a durar para siempre, porque todo, de una manera u otra, llega a su fin. Por eso, hay que disfrutar cada minuto, carpe diem. Un día el chico llego antes que ella, dejó una nota encima del banco y se fue. Cuando la chica llegó, cogió la nota y la leyó. De sus ojos empezaron a salir lagrimas, salió corriendo calle abajo y desde ese día siempre lleva un pañuelo negro en el cuello”
La chica se levantó, se fue. A la derecha del banco hay una heladería donde se encuentra un hombre mayor, estaba mirando un libro con curiosidad. Tiene una barba blanca que le cae como una cascada por el pecho y tiene unos ojos pequeños.
“Se llama Juan, tiene 65 años, es un hombre que vive en el centro de Madrid rodeado de coches y ruidos. No es la primera vez que está en esa mesa de la heladería,  comiendo un helado de limón con  barquillo. Sonia lleva mucho tiempo sin comer uno, ojala pronto pueda saborear uno de ellos. Ese barrio es oscuro y está rodeado de ruido, a este hombre le gusta venir a este pequeño pueblo, pero lo que más le gusta es sentarse en esa mesa de la heladería”
 Al paso de media hora, el hombre se va, deja dos monedas al lado del plato donde estaba el helado. La calle se quedó tranquila, no pasa nadie que le llamase la atención a Sonia, hasta que una joven apareció corriendo y se tropezó. Cogió uno de los libros que era del mismo color de su pelo y lo empezó a ojear. Llevaba un vestido de flores color pastel, su pelo rojo recogido en una coleta  y en sus manos llevaba una gran montaña de libros.
“Se llama Iría tiene 15 años, es estudiante de la ESO. Es una chica alegre  y extrovertida. Al tropezarse se ha hecho daño en la rodilla, iba corriendo a llevar los libros a la pequeña biblioteca del pueblo. Esta muchacha siempre está leyendo libros de misterio y de aventuras, ya que hacen que se evada de su mundo y entre en uno nuevo. Cuando Sonia la mira ve que aunque sienta ese dolor la chica sonríe, en su mano izquierda observa que tiene una clave de sol dibujada y al lado una carita sonriente”
La chica recoge sus libros y pone rumbo a la biblioteca, su mirada se cruza con la de una mujer que esta embaraza, tiene cara de preocupación, se sienta en el banco y observa un pequeño libro.
“Se llama Claudia, es profesora de música, dentro de poco sale de cuentas y tendrá un pequeño niño llamado Héctor. Lleva queriendo tener un hijo desde hace mucho tiempo”
Cuando la mujer ya estaba más tranquila, se fue del banco, con una pequeña sonrisa. En un abrir y cerrar de ojos, apareció un hombre trajeado, con una cara muy seria, iba mirando unos pápele, se tropezó con algo rojo, lo cogió y lo empezó a mirar con cara de extrañado, enseguida miro el reloj y dejo en objeto donde lo había encontrado.
Las ocho, ya es hora de que Sonia se separe de la ventana, se dirigió a su habitación, cuando iba a entrar oyó la cerradura de la puerta, era su hermano mayor, en su mano llevaba aquel cuaderno al que ella le tenía tanto aprecio. Cuando abrió el cuaderno, la primera frase que apareció fue “algo importante para ti” al pasar la hoja había un pequeño párrafo escrito.

“lo importante para mí ya se ha ido a otro lugar, se llamaba Pablo era a la persona que más quería, y hace unos meses se fue por culpa de una enfermedad, vengo todos las tardes que puedo a este banco para recordar los momentos que pasaba con el “
by: Laura.
En la página de al lado hay otro párrafo con una letra un poco extraña para Sonia.
El silencio y la tranquilidad, por eso vengo tanto a este pueblo. Donde vivo estoy  rodeado de ruido y de gente que siempre va con prisa de un lado a otro sin saludar, ni sonreír, es una ciudad muy triste”
Juan García.
Sonia se da cuenta de que tiene suerte de vivir en ese lugar tan tranquilo, y está un poco intrigada de que han escrito las demás personas, pasa rápidamente la hoja y se encuentra con otro pequeño párrafo.
“lo más importante para mi pues…creo que mis libros, ellos hacen que descubra otro mundo que está escondido entre sus páginas, bueno y aparte de los libros también mis amigos, ellos son los que siempre están ahí y me encanta hacerles sonreír cuando están mal”
Escrito por una loca, Iría.
Cuando Sonia lo acabo de leer soltó una pequeña carcajada por la despedida de esa chica tan peculiar. Cuando miro la hoja de al lado solo ponía una pequeña frase.
“lo más importante para mí, es mi hijo y estoy preocupada porque me pregunto si voy a ser buena madre”
Clara
Sonia vio que no había nada más escrito y cerro el cuaderno rojo.

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Hola, me llamo Sonia, y tengo 22 años, hace unos meses que conseguí volver a andar después de una rehabilitación larga y costosa, esto es lo que hacía de pequeña cuando me quedaba mirando a la ventana horas y horas, conocí a gente muy diferente. Os acordáis de Laura, pues encontró a otra persona que ahora es muy importante para ella y ha formado una familia, Juan no volvió a la heladería no se que le ha podido pasar espero que nada malo, Iría es una chica que ya con sus 21 años es una mujer hecha y derecha, es escritora de libros de misterio y bueno Clara tiene un niño guapísimo que le veo todos los día es en el parque.
Esta pequeña ventana que me dio vida durante un periodo en el que yo no estaba bien, ha hecho que piense que, durante nuestra vida pueden pasar cosas buenas y cosas malas y tenemos que saber darle importancia a las cosas buenas para que las malas pasen desapercibidas.



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